En un extenso operativo internacional que involucra a las principales agencias de seguridad del mundo, las autoridades han puesto su mirada en una nueva y poderosa estructura criminal: la ‘Nueva Junta del Narcotráfico’. Esta organización, formada por narcotraficantes de bajo perfil conocidos como los ‘narcos invisibles’, ha logrado esquivar el radar de las fuerzas de seguridad durante años, camuflándose como respetables empresarios mientras dirigen uno de los imperios criminales más lucrativos del mundo.
De acuerdo con un reciente informe de la Policía Nacional de Colombia, estos narcotraficantes han trasladado gran parte de sus operaciones a Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, un lugar que ha emergido como un refugio ideal para la elite criminal internacional. En este epicentro del lujo y las transacciones financieras opacas, los ‘narcos invisibles’ han encontrado una plaza estratégica para coordinar envíos masivos de cocaína desde América Latina hacia Europa, Estados Unidos y más allá.
La estrategia de los ‘narcos invisibles’
Según el documento al que tuvimos acceso, la llamada ‘Nueva Junta del Narcotráfico’ ha operado en las sombras durante más de una década. Utilizando métodos sofisticados de lavado de dinero, criptomonedas y oro, estos narcotraficantes han logrado mantenerse lejos de la atención mediática y policial. La captura de Sebastián Meneses Toro, en agosto de 2022, puso a la organización en el mapa global de las agencias de seguridad. Meneses, hijo del reconocido narcotraficante Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, fue arrestado a su regreso de Dubái en el aeropuerto internacional El Dorado de Bogotá.
Meneses es solo una pieza de un engranaje más grande. Otro miembro de la organización, Juan Camilo Pacheco Palacio, alias Martín, fue capturado meses después en Rionegro, Antioquia, también proveniente de Dubái. Alias Martín era un hombre de confianza del ‘clan del Golfo’, la red de tráfico de cocaína más grande de Colombia. Este vínculo entre Colombia y Dubái ha sido clave para el crecimiento de la Junta, pues la ciudad árabe ofrece condiciones favorables para operar sin las fuertes restricciones que enfrentan en otras partes del mundo.
Alias Java: El enlace entre Colombia y Dubái
Uno de los personajes más enigmáticos que ha captado la atención de las autoridades es un hondureño conocido como alias Java. Este hombre, que vivió en Medellín durante años, fue una figura prominente en el mundo de los caballos de paso fino, utilizando esta fachada para ocultar sus operaciones ilícitas. Java se hizo famoso por sus excentricidades, regalando lujosas camionetas Toyota y apartamentos a los jinetes de su criadero en Rionegro.
En el informe de la Policía se detalla cómo Java mantuvo bajo su control un jet privado, el cual utilizaba para moverse entre varios países, incluyendo República Dominicana, Brasil, España, e Inglaterra. Se sospecha que Java huyó a Dubái a principios de este año, cuando se dio cuenta de que estaba bajo la lupa de las autoridades. Actualmente, un equipo élite de la Policía Nacional lo busca en Dubái, aunque no se descarta que haya escapado a otro destino.
El papel de Dubái en el narcotráfico global
Dubái, un destino conocido por su opulencia y lujo, se ha convertido en un enclave clave para el crimen organizado internacional. La facilidad con la que se manejan grandes sumas de dinero a través de criptomonedas y transacciones de oro ha transformado a esta ciudad en un centro neurálgico para las operaciones de la ‘Nueva Junta del Narcotráfico’. A medida que las autoridades de Colombia y otros países aumentan la presión, los líderes de la organización han intensificado sus inversiones en la ciudad, comprando propiedades de lujo y diversificando sus negocios ilícitos.
Uno de los principales aliados de la Junta en Dubái es un colombiano conocido como alias Jota Firma. Este traficante de cocaína cumplió una condena en Estados Unidos y, tras su liberación, utilizó su doble nacionalidad española para moverse entre varios países, organizando envíos de cocaína desde América Latina. En los últimos meses, Jota Firma ha sido vinculado con empresarios europeos involucrados en el narcotráfico, quienes también operan desde Dubái.
Operaciones internacionales en curso
Las autoridades de Colombia, en colaboración con Interpol y otras agencias internacionales, han intensificado su vigilancia sobre los movimientos de los principales miembros de la ‘Nueva Junta del Narcotráfico’. Se están realizando cruces de información en tiempo real para identificar a los colombianos que viajan frecuentemente a Dubái o han hecho inversiones significativas en la ciudad. Estos esfuerzos buscan desmantelar la red antes de que su influencia crezca aún más.
Además, se ha identificado la presencia de ciudadanos albaneses y serbios en la estructura criminal, lo que sugiere que la Junta ha formado alianzas con otras mafias internacionales. En una reciente operación, la Sociedad de Activos Especiales (SAE) se sorprendió al encontrar a un ciudadano albanés en una mansión perteneciente a alias Falcon, otro capo extraditado a Estados Unidos. El albanés, detenido con armamento sin permisos, fue liberado por falta de un traductor, pero las autoridades están investigando su rol en la red criminal.
Un reto global
La ‘Nueva Junta del Narcotráfico’ representa un desafío mayúsculo para las autoridades de todo el mundo. Su habilidad para ocultarse bajo la apariencia de empresarios legítimos y su capacidad de movilizar grandes cantidades de dinero y cocaína a través de múltiples continentes los convierte en una amenaza significativa. A medida que las investigaciones avanzan, el cerco se cierra sobre estos capos invisibles, pero queda claro que el narcotráfico continúa evolucionando, adaptándose a nuevas realidades y aprovechando las oportunidades que ofrecen ciudades como Dubái.
El futuro de la lucha contra el narcotráfico depende de la capacidad de las autoridades para rastrear estas redes globales y adaptarse a las nuevas formas de operar de estos criminales. Mientras tanto, Dubái se mantiene como un paraíso para quienes buscan lucrarse de este negocio ilegal, pero su aparente impunidad podría estar llegando a su fin.