La Operación se desplegó en el occidente de la capital antioqueña, entre el 16 y el 17 de octubre de 2002, concretamente en la Comuna 13
La Operación se desplegó en el occidente de la capital antioqueña, entre el 16 y el 17 de octubre de 2002, concretamente en la Comuna 13. Para las autoridades, se trataba de una estrategia para recuperar el control de una zona en la que estaban asentadas estructuras armadas como los Comandos Armados del Pueblo, el ELN y las FARC.
Para algunos, desde la presidencia de Álvaro Uribe Vélez y la Alcaldía de Medellín de Luis Pérez Gutiérrez, se planeó una intensa ofensiva militar urbana para erradicar el crimen que allí imperaba y para adelantarla fue necesario declarar ‘Estado de Excepción’.
Lo siguiente que ocurrió fue el montaje de una base de operaciones del Ejército y la Policía en el barrio Santa Mónica, ubicado en la Comuna 12, pero que representaba la entrada hacía sectores como los barrios Belencito-Corazón y Las Independencias.
En medio de esa operación, que para muchos fue una confrontación, cuatro militares, seis civiles y seis presuntos delincuentes murieron, se registraron más de 200 heridos. Más de 200 personas fueron detenidas, 29 de las cuales fueron señaladas como cabecillas de milicias urbanas. En medio de los operativos, se decomisaron fusiles, subametralladoras, carabinas, escopetas, lanzagranadas y equipos de comunicación.
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La información oficial indicaría que unos 1.500 integrantes de la Fuerza Pública hicieron parte de esa intervención, incluyendo el Ejército, la Policía y otros organismos de inteligencia del Estado.
Los testimonios que se han recopilado a lo largo de los años han servido para tener acceso a una versión de lo ocurrido, pero probablemente son muchas las situaciones que permanecen entre silencio y el olvido. La Jurisdicción Especial para la Paz-JEP ha documentado más de 200 casos de desaparecidos durante el operativo militar por medio de testimonios de quienes vivieron esa guerra en un barrio de Medellín.
Al término de la Operación Orión, se vivió otro conflicto por cuenta del Bloque Cacique Nutibara de las Autodefensas, estructura criminal que ocupó esos espacios dentro de la ciudad que antes pertenecían a grupos criminales, y se convirtieron en dueños del territorio hasta diciembre de 2003, fecha en la que sus integrantes se desmovilizaron.
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¿Qué es la Escombrera?
En una de las partes más altas de la Comuna 13 se encuentra lo que actualmente conocemos como La Escombrera, un terreno de unas 15 hectáreas que era utilizado como depósito para materiales sobrantes de la construcciones y edificaciones del occidente de la ciudad. Pero lo que nadie imaginaría es que las versiones entregadas por familiares de desaparecidos en medio de este conflicto señalaban a ese lugar como una gigantesca fosa común a cielo abierto, tal vez la más grande del mundo.
Esa infame Escombrera se ha convertido en un emblema del dolor de muchas familias paisas que aseguran que a ese lugar fueron arrojados sus seres queridos, muchos de los cuales hicieron parte de un conflicto al que nunca pidieron pertenecer.
Por la cantidad de material allí depositado y la extensión del terreno, ha sido compleja cualquier excavación o proceso de búsqueda de restos humanos y es incierto entregar cifras claras sobre cuántas personas pudieran estar enterradas en ese sitio. Sin embargo, testimonios de ex paramilitares y familiares de desaparecidos apuntan a que La Escombrera fue utilizada como fosa común durante y después de la ‘Operación Orión’.
El pasado 18 de diciembre, la JEP y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) anunciaron el hallazgo de los primeros restos óseos humanos en La Escombrera de la Comuna 13 de Medellín. Las evaluaciones forenses determinarán si esos restos corresponden a víctimas del conflicto armado y a personas desaparecidas en el desarrollo de esa llamada Operación Orión.
Pese a ello, la Comuna 13 se ha transformado convirtiendo la muerte en cultura, cambiando las detonaciones por una explosión de color y pasando de la violencia al emprendimiento, es así como la zona se ha posicionado como un referente turístico para el mundo. Se estima que son más de 250 mil las personas que viven en esa comuna, una de las 16 que tiene Medellín en su zona urbana y que hoy tienen por delante un panorama esperanzador gracias al graffitour, la danza, la música urbana, el Metrocable, la Casa de Justicia y las escaleras eléctricas que nunca se imaginaron tener. A todos esos atractivos hay que sumarle el recientemente inaugurado Cristo Redentor que ya ha recibido más de 8 mil visitas.
Este miércoles 26 de diciembre las familias buscadoras y víctimas del conflicto armado interno de la Comuna 13 se reunieron con el presidente de la JEP, Alejandro Ramelli. El magistrado les anunció que serán llamados a versión voluntaria 10 comparecientes para conocer la verdad de este conflicto.
La otra noticia la entregó la directora de la Unidad de Búsqueda, Luz Janeth Forero, quien anunció recursos económicos para continuar con la búsqueda de más restos. En este encuentro entre las madres y el magistrado Ramelli, los familiares de las víctimas pidieron ampliar las medidas cautelares en 70 hectáreas de La Escombrera y darle celeridad al esclarecimiento de los hechos.
Aunque faltan más de seis mil metros cuadrados de tierra por remover para seguir buscando restos óseos, se abre una luz para cientos de familias que esperan conocer la verdad y que la Medellín violenta del pasado les permita decirles adiós a los muertos que durante años tuvieron que llorar en silencio.